¿Qué podrías hacer con botellas de plástico viejas? ¿un jarrón? ¿una maceta?… qué te parece un aire acondicionado? Lo creas o no es posible.

Cuando al inventor Ashis Paul se le ocurrió una forma innovadora de introducir aire fresco en los hogares utilizando botellas de plástico, toda su empresa se unió para ayudar a enseñar a las personas que viven en las zonas rurales de Bangladesh a hacer lo mismo.

Han contribuido significativamente a mejorar la calidad de vida de miles de familias al facilitar la instalación de estas unidades innovadoras, que operan sin necesidad de electricidad, en más de 25,000 hogares ubicados en comunidades en desarrollo del país. Este esfuerzo no solo ha permitido que las personas accedan a tecnologías sostenibles y accesibles, sino que también ha impulsado una mayor autonomía energética en estas áreas, reduciendo la dependencia de recursos limitados y costosos. Además, estas instalaciones fomentan la adopción de soluciones respetuosas con el medio ambiente, promoviendo un impacto positivo tanto a nivel individual como comunitario.
Aproximadamente el 70% de la población de Bangladesh vive en hogares hechos de chapas. Pero el problema con estas chozas de hojalata es que hacen un calor insoportable en el verano. Estar en estas cabañas, es como estar en una sauna en el Sahara.
Ashis Paul, comenzó a pensar en formas de brindar alivio a estas personas. Estaba dándole vueltas mentalmente cuando un día, escuchó al tutor de física de su hija explicarle cómo el gas se enfría cuando se expande rápidamente. Ashis tiene una mentalidad de “inventor” y siempre le ha fascinado la ciencia. Entonces, comenzó a experimentar.


Puede parecer curioso a primera vista, pero el principio detrás de este fenómeno es sorprendentemente simple y fácil de experimentar. Realiza el siguiente ejercicio: sopla en la palma de tu mano manteniendo la boca bien abierta. Notarás que el aire que sale de tu boca se siente cálido, casi como un susurro de calor. Ahora intenta algo diferente, sopla en tu mano, pero esta vez frunce los labios, dejando solo un pequeño espacio para que pase el aire. ¿Notas la diferencia? El aire ahora se percibe como una brisa fresca. Este contraste se debe a la manera en que el aire interactúa con la velocidad y la superficie a medida que pasa por la boca, demostrando cómo un simple cambio en la forma de soplar puede generar sensaciones totalmente distintas.
El Eco-Cooler puede disminuir la temperatura en 5 ° C inmediatamente. Cuando pasa de 30 ° C a 25 ° C, les puedo decir que marca la diferencia.
Según se informa, el Eco Cooler es el primer acondicionador de aire “cero electricidad” del mundo, y su inventor quería difundir el concepto para ayudar a la mayor cantidad de personas posible.


The Gray Group intervino para ayudar, utilizando su posición como firma de publicidad multinacional para poner los planes en línea, sin costo, para que cualquiera pueda construir su propio sistema Eco Cooler. Los voluntarios de Grameen Intel Social Business ayudaron a construir e instalar las unidades, además de enseñar a los lugareños cómo hacerlas, para que se pueda transmitir la sabiduría.
El método Eco Cooler es bastante simple, desde el punto de vista de la construcción. Se corta una tabla para que se ajuste a la ventana deseada y se cortan agujeros del tamaño de un cuello de botella en un patrón de cuadrícula.
Los fondos de las botellas de plástico vacías se cortan y se reciclan de algún otro modo, dejando cuellos de botella en forma de embudo que se colocan en la rejilla. Eso es todo lo que hay en el Eco Cooler, excepto por la tarea de instalarlo en lugar de la ventana normal. Cuando se montan, la parte más ancha de las botellas mira hacia afuera y atrapa el viento que pasa, literalmente canalizando aire frío hacia el interior del edificio.
La simplicidad del Eco-Cooler es increíble, y eso lo hace un invento destacado, ya que la posibilidad de acceder a un aire acondicionado gratuito, silencioso y reciclado, está al alcance de todos, Te animas a probarlo?
